sábado, 24 de agosto de 2013

Al otro lado

Hoy es un día feliz. Hoy es mi cumpleaños y he decidido regalar (regalaros, regalarte, regalarme) una canción que aún no tiene música, aunque supongo que algún momento lo tendrá. 

La escribí hace un mes, más o menos, pero la publico hoy.


La ilustración que la acompaña la he visto en el Facebook de la Asociación Argentina de Laúdes y Guitarras Antiguas. Mi más sincero agradecimiento a los compañeros del Río de la Plata.



Gracias a todos por seguir ahí.

No me extiendo más...


Al otro lado 

Al otro lado
del espejo de Alicia.
Al otro lado
de la gente que se critica,
alejado de quien escenifica
que siempre califica
lo adecuado de tu rumbo.

Al otro lado,
donde asumo
que el cofre encofrado
en las paredes de mi mundo,
desprotegido pero oculto,
está en un hueco profundo
al fondo del fondo de mí.

Al otro lado,
mi sombra carmesí
se para junto a mis pasos
y se asombra al sentir
que una cerradura de jazmín
adorna una puerta sin abrir,
un matiz de un regalo callado.

Estribillo

Porque al otro lado
de esa puerta,
más allá de las estrellas
que imaginas mientras sueñas,
se halla lo hallado,
allí donde se afiló
la punta de este sordo poema,
para ti disfrazado
de silente canción,
para ti escondido,
en una melodía en tono menor.

****

Al otro lado
donde el olvido se cobija,
al otro lado
hay una pequeña rendija,
donde un corazón de ceniza
late de forma quebradiza,
pero aún late con fuerza.

Se supera lo cerrado,
la puerta está abierta.
He llegado al otro lado.
Una habitación desierta
con otra pequeña puerta,
dos ventanas sin persiana,
sin párpados, dos ojos.

En una silla aparcado,
me espera un laúd cojo,
marchito y ajado,
que derrama poco a poco
cuando lo rozo y lo toco,
un veneno rojo
que me tatúa mi próxima partitura.

Estribillo

****

Regreso del otro lado
sabiendo que volveré por la ruta
que el tiempo me ha recordado,
saldré de esta pequeña gruta,
porque me ha dado la cicuta
que electrocuta
mi corazón cuando es necesario.