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viernes, 3 de febrero de 2012

Haikus para quién pinta ideas de plata. Haiku número cuatro

Continuamos con la serie de Chema Madoz que venimos realizando estos días. Compartimos esta fantástica y sugerente fotografía que invita a convertirnos en voayer. ¿Te atreves a mirar por la mirilla... de un libro?

Le añadimos el correspondiente haiku de fábrica. Hay que reconocer que es adictivo escribir en formato breve. Es el número cuatro de la serie Haikus para quién pinta ideas de plata.


Un universo,
mirar por la mirilla
mirar qué falta.

jueves, 2 de febrero de 2012

Haikus para quién pinta ideas de plata. Haiku número tres

Volvemos a fijarnos en el fotógrafo Chema MadozDe esta manera, volvemos a homenajear esa fotografía tan reflexiva, tan tranquila, tan poética. 

Avanza con paso firme la serie Haikus para quién pinta ideas de plata, haikus a pie de instantánea para el magnífico trabajo del maestro Chema Madoz. No se cansa nuestra admiración ni escasea la gratitud por el extraordinario talento que nos regala en cada fotografía.


Hoy compartimos el haiku número tres.




Iluminar
un libro dentro de otro,
descubre mundos.

lunes, 30 de enero de 2012

Haikus para quién pinta ideas de plata. Haiku número uno

Hace un millón de años que queríamos hablar del maestro Chema Madoz, uno de nuestros fotógrafos favoritos, de los que más nos inspiran y nos hacen reflexionar. Pero lo que nos ha empujado a hacerlo ha sido una propuesta.  Hemos recibido una petición de los oyentes y no nos hemos podido negar. Of course...



La obra de Chema Madoz es sencillamente impresionante, cuajada de poesía, serenidad  algo de humor y muchos elementos sobre los qué reflexionar. El post dedicado a este orfebre de la fotografía y de la composición tiene que ser especial, distinto a otros. En un post normal, hablaríamos de su biografía, de sus logros (que no son pocos), después seleccionaríamos un buen puñado de ejemplos para deleite del internauta. Y ya está. Otro post que pasa a la espera del próximo. 

Sin embargo, esta vez será queremos que vaya por otros derroteros. Pretendemos ir más lejos, sobrepasar nuestros límites si hiciera falta. Dar algo, por poco que sea, a cambio de lo que recibimos, que es mucho. Lo vamos a acompañar de un género poético oriental, poco extendido en nuestra cultura y que realmente nos fascina. Hablamos de los haikus.

Un pequeño inciso para centrar al viandante. Y una breve explicación extraída de la wikipedia.

El haikai o haiku tradicional consta de 17 moras (unidad lingüística de menor rango que la sílaba) dispuestas en tres versos de 5, 7 y 5 moras, sin rima. Suele contener tanto una palabra clave denominada kigo (季語, 'kigo') (cuarto idioma), que indica la estación del año a la que se refiere, como una cesura, o pausa verbal, conocida como kire, que separa a un haiku en dos imágenes contrastantes.

Tradicionalmente el haiku, así como otras composiciones poéticas, buscaba describir los fenómenos naturales, el cambio de las estaciones, o la vida cotidiana de la gente. Muy influido por la filosofía y la estética del zen, su estilo se caracteriza por la naturalidad, la sencillez (no el simplismo), la sutileza, la austeridad, la aparente asimetría que sugiere la libertad y con ésta la eternidad.

Se cierra la clase de literatura en este punto. Tenemos que confesar que últimamente la poesía que venimos compartiendo es extensa, prolífica en cuanto a número de versos que componen cada estrofa.  No por nada en especial, no hay ningún motivo premeditado. Tan solo escribimos lo que la ilustración nos dicta. 

Queremos que en este pequeño homenaje haya contención, mucha contención. pero sobre todo una pausada y lenta reflexión sobre lo que nos sugiere la fotografía de Chema Madoz. Hemos elegido esta técnica oriental para intentar conseguirlo. Escribiremos pequeños poemas de tres versos sin rima, de cinco, siete y cinco sílabas, respectivamente. Algo que acompañe pero que no moleste y no cobre ningún protagonismo. Serán un pie de foto. La imagen manda.

El juego será el siguiente. Una imagen del maestro Madoz, un haiku. Comenzaremos por esta sugerente imagen. Intentaremos hacer una serie, similar a lo que hacemos con los Artefactos de Nicanor Parra. Que nos acompañe la fortuna en este delicado despropósito...


Para la huida
construyo una escalera
a otros espejos.

martes, 3 de enero de 2012

Delirio en rojo, en clave menor

Hay una estupenda fotógrafa (entre otras muchas cosas) al otro lado del océano llamada Miss Aster, que es mitad mujer, mitad bruja hereje. De alguna manera podría decirse que se asemeja a los seres que habitan últimamente en Impresiones, entes bipolares difíciles de describir o de encasillar, janos cotidianos sin rastro de dios alguno que  buscan y emprenden proyectos, tanto en los mundos digitales donde viven como en las urbes analógicas de cemento y ruido. Nos parece tan interesante y variopinto su trabajo que hemos situado en la parte derecha del blog de Impresiones un enlace a una parte de su mundo de ceros y unos, un enlace al mundo de Agla. Nos gusta dejar ventanas abiertas donde poder asomarse a mirar de vez en cuando.

Hoy, o ayer, dependiendo del lugar en el planeta en el que te encuentres,  Miss Aster ha compartido en su prolífico blog The Aglaworld esta fotografía que os presentamos ahora. Ella la ha titulado Delirio. El Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) define la palabra delirio de la siguiente forma:

Delirio: (Del lat. delirĭum).

1. m. Acción y efecto de delirar.
2. m. Despropósito, disparate.
3. m. Psicol. Confusión mental caracterizada por alucinaciones, reiteración de pensamientos absurdos e incoherencia.

~ de grandezas.

1. m. Actitud de la persona que se manifiesta con apariencia muy superior a la que realmente le corresponde.

~ paranoide.

1. m. Psicol. Síndrome atenuado de la paranoia caracterizado por egolatría, manía persecutoria, suspicacia y agresividad.

con ~.

1. loc. adv. Mucho, enormemente.
 
Miss Aster ya ha propuesto su definición en este hermosa fotografía. Que nuestra gratitud vaya por delante, abriéndonos camino. Nos gustaría proponer nuestra propia revisión del término. Demasiado pulcra y académica la definición de la Academia. Una palabra como "delirio" requiere, necesita más acepciones. Incluso precisaría  la ayuda de Picasso. Seguid leyendo, lo comprenderéis más adelante...

Queremos sacarnos del sombrero un textito invisible, algunas palabras azules que se transformen en frases verdes o quizás se fundan en un poema rojo. No está claro. Cuando comienzas a escribir no intuyes en qué genero acabas ni qué color final queda a la vista del lector.





Es el delirio,
una fotograma de sexo que practicamos 
con la complicidad oscura
de nuestros cuerpos buscándose.
Es una breve e intensa sinfonía,
un delirio en rojo en clave menor,
una boca que espera
que el placer le ordene gritar.

Es el delirio 
lo delirante de un ojo fotográfico 
que advierte el secreto ocultado
en un detalle desapercibido.
Es Picasso abrazando una trompeta
mientras Dalí cocina en horno de leña
relojes derretidos  que se mueren
en una tarde agosto.


Es el delirio un verbo sin conjugaciones,
un adjetivo sordo, intransitivo e incompleto
de esos seres incompletos que somos
cuando liberamos a la bestia prisionera
que habita en nuestro corazón.
Es la rebeldía incomprendida,
la pieza que los yertos diccionarios
ubican entre el despropósito y el disparate.

Es el delirio
la antítesis de las reglas que un alguien establece,
el texto prohibido que se encuentra
en los manuales de estilo
de los mundos que inhiben placeres.
Es el enfado de la risa extrema,
el paroxismo de quien ama
de forma equivocada.

domingo, 18 de diciembre de 2011

No somos los legítimos culpables de nuestras futuras derrotas

Acabamos de descubir a un fotógrafo excelente que merece un post como éste. Es ruso, nuestra primera ruski incursión. Confiemos en que no sea la última. Se llama Pavel Titovich. Lo hemos visto en la web Oldskull. Para la gente de Oldskull, un millón de gracias por el descubrimiento. Muy recomendable visitar su web, en serio. 

Pavel Titovich es uno de esos fotógrafos que a nadie puede dejar indiferente. Desde luego, a nosotros nos ha causado una impresión que desdice el nombre del blog. Nos ha llamado la atención el hecho de que en esta serie que mostramos, todos los personajes aparecen atados, unidos a algo que les impide escapar o avanzar. Parecen cautivos de sí mismos, inquietantemente tristes y resignados a estar así. Son de una profunda y oscura belleza. Merecerían cada uno de ellos, un poema. De momento, sacamos de la chistera uno.

Mostramos algunos botones como ejemplo. Hay que paladearlos con suavidad y calma. Cada uno lleva su tempo interno y hay que respetarlo. Las imágenes tienen muchos detalles. No hay que correr...







 







Y ahora el poema. Nos ha costado bastante seleccionar una imagen. Todas dicen muchas cosas, la verdad. No sabíamos cuál elegir. Al final hemos seleccionada ésta que os ofrecemos a continuación. Dos personajes, dos historias (al menos), dos personas, donde una carga con la otra, a partes iguales. ¿De qué habla la fotografía? ¿Habla de amor? ¿O es odio? ¿De amistad forzosa? ¿Habla de obligaciones compartidas? ¿De circunstancias complejas que no sabemos cómo afrontar cuando nos vemos atados a otra persona? ¿Un familiar? ¿Un compañero de trabajo?

La fotografía es una buena metáfora de las relaciones entre las personas, entre las parejas fortuitas, los viajes que emprendemos en compañía de desconocidos... Sacamos de la fábrica de Impresiones este poema para esa imagen que nos ha cautivado. Que os guste.  




De qué sirve tirar uno del otro, 
con esa fiereza fratricida
con que lo hacemos 
de un tiempo a esta parte. 
Cuelgan de nuestras sogas
los candados forjados
que nos mantienen presos
mientras las llaves que los liberan
avanzan en una cuerda paralela
pero en dirección contraria.
Somos más víctimas que asesinos
de todo esto
que nos ha tocado vivir
por suerte o por desgracia,
y que sin ser legítimos culpables
de nuestras futuras derrotas,
lo que nos enlaza o lo que nos fundió en uno
al principio de esta historia nuestra
de hace casi cuatro años,
ahora nos deteriora de manera irreparable.
Ahora me doy cuenta.

Irremediablemente, 
estás atada a mí como yo a ti.
Tu destino es el mío 
y el mío, el de los dos.
Eso ya lo sé. 
Eso creo también que ya lo sabes.
Somos los prisioneros de guerra
que comienzan a ver 
al tipo de enfrente como su cruel verdugo.
Te maltrato a oscuras
con mi boca cerrada
que ya no sabe cómo hablarte
mientras tú eres esa hermosa flor
que me golpeas con un silencio tras otro.
Ambos cargamos con lo que cargamos,
ambos luchamos por nuestra cuenta y riesgo,
ambos buscamos nuestra salvación.
Ambos desconocemos cuál es el valor 
del inmenso esfuerzo que gastamos,
ambos no volveremos a ser
lo que fuimos.

Lucho contra lo que soy,
a diario,
contra lo que me amordaza 
últimamente mis huesos 
y me secuestra palabras,
con este excesivo equipaje 
que es ser quien soy
en estos momentos de la partida.
Imagino que como tú.
Me surgen preguntas sin respuesta,
como todas las importantes.
¿Seremos al final
un lazo que termine por romperse?
¿Podrás cargar conmigo
cuando me mates?
¿Podré vivir junto a tu cadáver
cuando te suicide?
¿Cuándo nos convertimos
uno enemigo del otro?
¿O cómo?
¿O por qué?