lunes, 6 de febrero de 2012

Haikus para quién pinta ideas de plata. Haiku número ocho

Otra fotografía, otro haiku, otra dedicatoria. Esta vez es para la niña de los collages, porque sabemos que esta hermosa fotografía de Chema Madoz es su favorita. 

Todos necesitamos encontrar la herramienta para liberarnos de aquello que nos aprisiona, nos condiciona o nos limita. Para que nos atrevamos, como decía el filósofo Erich Fromm, a perder el miedo a la libertad. 




En la prisión,
el eslabón que habita
es libertad.

2 comentarios:

  1. No es haikú. ¿Cómo se puede denominar haikú a tres versos en los que se suceden "me", "mi" y "mi"? Antes que una determinada métrica, el haikú es la anulación del sujeto cognosciente para procurar la suspensión del juicio y así evitar las causas del sufrimiento como vía para la felicidad y alcanzar el Nirvana y todo ese rollo oriental... Qué hartura de años llevamos con la moda del haikú falaz, ya está bien, que no es tan facilón escribir un poema.

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    1. Estimado pincho:

      Se agradece el comentario. Y sí, estoy de acuerdo en que no es fácil escribir un poema. Lo difícil es que lo parezca, de ahí que se ha buscado la técnica más austera y contenida que conocemos, ese haikú falaz que mencionas. Es una reflexión a una imagen. Además, el yo en este poema, es un yo universal.

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