Ilustraciones en busca de autor

Una buena amiga mía, de cuya nombre no quiero acordarme, simplemente porque ella no me deja, me ha regalado este par de ilustraciones. El motivo por el que no me deja acordarme de ella en público es que, según afirma, no es la autora de los dibujines que os mostramos. En pocas palabras, que no ha sido quien los creó, sino quien los copió. Los vio, le gustaron y los volvió a dibujar. El único requisito que me ha impuesto es preservar su anonimato, deseo que cumplo.

En Impresiones, nos encontramos en la paradójica tesitura de no poder mencionar el nombre del autor o autora de los dibujos que nos han impresionado porque quien los dibujó no fue su original creador y de éste o éstos, desconocemos su identidad. Debe ser cosa de los astros. Causa perplejidad tener algo que te gusta, querer mostrarlo y hacerlo de hecho, y sin embargo, no poder expresar con nombre y apellidos nuestro agradecimiento a su legítimo dueño o dueños. Ciertamente, es una extraña posición en la que nos encontramos.

Así pues, y tras arduos debates en la redacción de Impresiones, optamos por la siguiente solución. Ponemos un anuncio por palabras, que reza así:

Ilustraciones en busca de autor

Se busca ilustrador o ilustradora anónimo o anónima para que deje de serlo en breve. Se han hallado  en nuestro zaguán de palabras dos ilustraciones perdidas y tiritando de frío. Ambas son huérfanas pero parecen sanas y fuertes. Tienen autor anónimo ya que aparecen sin señas de identidad declaradas. Se ha dado parte a la autoridad competente que nos ha dicho que poco o nada pueden hacer en estos casos. De ahí este anuncio.

Si alguien las reconoce, por favor, diríjase al andén de ilustraciones perdidas que se ha habilitado para ello en este blog y póngase en contacto con el autor que suscribe este anuncio por palabras para su recogida. 

No es urgente. Las ilustraciones están bien y no se sienten solas. Ya han hecho amigas. Están bien de salud. Que nadie se inquiete por ello.

Agradecemos públicamente el aporte de los autores anónimos de las ilustraciones que os presentamos así como a nuestra querida amiga de cuyo nombre no quiero acordarme y ustedes ya conocen el motivo. Por supuesto, maridaremos, en un futuro no muy lejano, con un poema de la casa, dichas ilustraciones hoy sin padre ni madre reconocidos.