martes, 31 de enero de 2012

Cuando te fugas de mi imaginación

Otro poema, otro post, otro rap. El post número cincuenta del mes de enero de este 2012 de sustos políticos, sobresaltos económicos, recortes profundos, injustos y ciertamente muy cuestionables, el año del buen rollito olímpico, de aguantar el tipo como sea, el año del resistiré, los años de gobierno... bien merece parir un texto largo de las características que os presentamos. Es nuestro segundo rap. Recordad que el primero lo hayáis aquí.

Segundo guante que lanzamos a la gente excepcional de La Excepción. Si el Follonero puede, carajo, nosotros también. Quien haya escuchado el disco La Verdad verdadera sabe de lo que hablamos... Y que rule...

La ilustración vuelve a estar a cargo del maestro Bansky. Un millón de zenkius, seas quien seas...



Cuando te fugas de mi imaginación 

Si no existiera la culpa que me oculta, que me inculpa, me multa y que por dentro me insulta, 
serían mis versos perversos que resultan de mi garganta de ultratumba una buena disculpa. 
Mi carne jura no lanzarte un mudo grito, si quieres te lo repito, no te rezaría estos rezos ni ritos. 
Si no existiera este pecado de querer morder tu boca de un bocado como un atentado, 
si no existiera este jodío gazpacho vivaracho que es tener el corazón de ti tan borracho,  
un lamento que late a cachos, que me torturen si miento que los cimientos de este muchacho 
son un empacho de buscarte sin encontrarte en mi vida y en las entrañas de mi poblacho 
porque este chacho se pinta de suicida, porque ata, mata y maltrata por ti su coco mamarracho. 
Si no existieran las heridas y sus navajas imaginarias, vomitar paridas y sus muchas ventajas,  
la risa ¡qué risa! sin prisa de los tartajas, todas mis huidas y todas sus desventajas,  
si esta mierda de sentimiento, que me cuelguen si disiento, se muriera conmigo en silencio, 
si no se cayera la careta de mi jeta que intenta sin fortuna ni lamento sostener este careto. 
Si no existiera la fiebre friolera que alimenta el remordimiento, 
que son estos aspavientos de caramelos de menta de este menda sin prenda, 
como la lombriz atenta y despierta que corre por la manzana a tientas, 
que se pira a su agujero sin dar la cara, vaya alimaña, que se esconde y nadie le da caza. 
Si no existiera el atroz dolor que se puede causar y que se causa, 
vivir y querer besar a lo loco, que no es poco, sin tiempos muertos y sin pausas, 
ey paisa, cuando de ti me coloco y creo que toco y retuerzo el cielo con los dedos. 
Si no existiera la sonrisa idiota de este pasota que disfraza sus pasiones con mentiras, 
con canciones que ya no se estilan, que le inspiran esta paliza sin la rima de una lira.
Si no existiera el veneno de contarte la verdad más verdadera,
si yo pudiera, intentar derrumbar lo prohibido, convertirlo en permitido. 

Si no existiera el compromiso sumiso de los besos a los que no tienes permiso, 
si accediera arrancar esta locura de mi amargura andadura, 
la que abolla mi abolladura que perdura en mis desventuras 
estas suturas que cura mi caricatura con demasiada cintura de autocensura. 
Si no existiera la responsabilidad, o el deber, 
o lo que sea que impide poseer lo que quiero querer y tener.
Si no existiera la cadena de perro que me lleva al destierro 
que me ata en corto, que me quedo absorto, con cara de aborto. 
Si no existiera ningún texto gilipollas y lengüicorto,  
tu cuerpo y me menda lerenda tendrían más que caricias imaginarias
tendríamos algo más que jadeos inventados,
tendríamos más verbos que palabras
y más que gritos y no me invento lo que cito 

mucho gritos que se ahogan en esta almohada  
cuando huyes a ningún sitio, de eso va este rapeo conciso, te aviso, 
cuando te fugas como una oruga, de mi imaginación, sin permiso.


****

Y un tercer rap: Devuélveme mi futuro

Rayuela. Capítulo 104

Capítulo 104


La vida, como un comentario de otra cosa que no alcanzamos, y que está ahí al alcance del salto que no damos.


Visto en el blog Patote fullblog 

La vida, un ballet sobre un tema histórico, una historia sobre un hecho vivido, un hecho vivido sobre un hecho real. La vida, fotografía del número, posesión en las tinieblas (¿mujer, monstruo?), la vida, proxeneta de la muerte, espléndida baraja, tarot de claves olvidadas que unas manos gotosas rebajan a un triste solitario.



lunes, 30 de enero de 2012

Artefactos, número 13

Un número mágico, como el Artefacto que os proponemos. Por fortuna, nunca se termina de nacer, de aprender, de seguir hacia adelante...


Haikus para quién pinta ideas de plata. Haiku número uno

Hace un millón de años que queríamos hablar del maestro Chema Madoz, uno de nuestros fotógrafos favoritos, de los que más nos inspiran y nos hacen reflexionar. Pero lo que nos ha empujado a hacerlo ha sido una propuesta.  Hemos recibido una petición de los oyentes y no nos hemos podido negar. Of course...



La obra de Chema Madoz es sencillamente impresionante, cuajada de poesía, serenidad  algo de humor y muchos elementos sobre los qué reflexionar. El post dedicado a este orfebre de la fotografía y de la composición tiene que ser especial, distinto a otros. En un post normal, hablaríamos de su biografía, de sus logros (que no son pocos), después seleccionaríamos un buen puñado de ejemplos para deleite del internauta. Y ya está. Otro post que pasa a la espera del próximo. 

Sin embargo, esta vez será queremos que vaya por otros derroteros. Pretendemos ir más lejos, sobrepasar nuestros límites si hiciera falta. Dar algo, por poco que sea, a cambio de lo que recibimos, que es mucho. Lo vamos a acompañar de un género poético oriental, poco extendido en nuestra cultura y que realmente nos fascina. Hablamos de los haikus.

Un pequeño inciso para centrar al viandante. Y una breve explicación extraída de la wikipedia.

El haikai o haiku tradicional consta de 17 moras (unidad lingüística de menor rango que la sílaba) dispuestas en tres versos de 5, 7 y 5 moras, sin rima. Suele contener tanto una palabra clave denominada kigo (季語, 'kigo') (cuarto idioma), que indica la estación del año a la que se refiere, como una cesura, o pausa verbal, conocida como kire, que separa a un haiku en dos imágenes contrastantes.

Tradicionalmente el haiku, así como otras composiciones poéticas, buscaba describir los fenómenos naturales, el cambio de las estaciones, o la vida cotidiana de la gente. Muy influido por la filosofía y la estética del zen, su estilo se caracteriza por la naturalidad, la sencillez (no el simplismo), la sutileza, la austeridad, la aparente asimetría que sugiere la libertad y con ésta la eternidad.

Se cierra la clase de literatura en este punto. Tenemos que confesar que últimamente la poesía que venimos compartiendo es extensa, prolífica en cuanto a número de versos que componen cada estrofa.  No por nada en especial, no hay ningún motivo premeditado. Tan solo escribimos lo que la ilustración nos dicta. 

Queremos que en este pequeño homenaje haya contención, mucha contención. pero sobre todo una pausada y lenta reflexión sobre lo que nos sugiere la fotografía de Chema Madoz. Hemos elegido esta técnica oriental para intentar conseguirlo. Escribiremos pequeños poemas de tres versos sin rima, de cinco, siete y cinco sílabas, respectivamente. Algo que acompañe pero que no moleste y no cobre ningún protagonismo. Serán un pie de foto. La imagen manda.

El juego será el siguiente. Una imagen del maestro Madoz, un haiku. Comenzaremos por esta sugerente imagen. Intentaremos hacer una serie, similar a lo que hacemos con los Artefactos de Nicanor Parra. Que nos acompañe la fortuna en este delicado despropósito...


Para la huida
construyo una escalera
a otros espejos.

domingo, 29 de enero de 2012

Gracias, gracias, gracias

No estaba previsto este post, y no queremos que suene como si fuera el bombo de la autocomplacencia, pero nos ha hecho mucha ilusión que algunos de nuestros post tengan tanto seguimiento en tan poco tiempo.


Un botón estadístico.



Es una lista muy heterogénea: un rap con grafittis, el primer capítulo de Rayuela, unos nano relatos sobre el día de las elecciones, un personaje adorable llamado Mafalda (del apartado "Petición de los oyentes"), un poema erótico de tema lésbico, un collage con cinco poemas y un pequeño ensayo (el decálogo de Impresiones)...

Así que a todos y a todas muchas, pero que muchas, muchas gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias...

Artefactos, número 12

Número 12. Stop. Artefactos. Stop. Más Nicanor Parra. Stop.


viernes, 27 de enero de 2012

Fuiste primero un trazo tímido

Las mudanzas siempre tienen algo bueno y positivo. Limpiando un armario, ordenando un cajón o echando la vista atrás al blog de Impresiones, vuelves a encontrar algo que ya no recordabas que estaba ahí  y que el hecho de recuperarlo, de volverlo a ver, te ilusiona como la primera vez que lo hallaste. 

Eso mismo nos ha ocurrido con el trabajo de uno de los primeros ilustradores que aparecieron en Impresiones. Volvemos a sacar un poema marca de la casa al apasionante trabajo de David Bray. Un millón de gracias, David. Volveremos a mencionarte, dalo por hecho. Nuestras palabras están muy a gusto entre tus dibujos.




Me pides que descubra
los trucos del aprendiz de brujo que soy
cuando me inclino
sobre la mesa de mi estudio 
y pretendo dibujarte.
Sabes que si supiera escribir,
serías sin duda
un extenso poema de amor.
Lo que ocurre
es que nada entiendo de palabras.
Solo construyo líneas 
que traen consigo otras líneas
que llaman a gritos a otras
que se traen a todas sus amigas de la infancia...
para que después terminen imitando
a una realidad cualquiera.
Pero no te sé negar secretos...
Tú ganas...

Despejo la mesa de distracciones,
me visto con la apariencia adecuada
mientras afilo el instrumental
con el que abriré en canal
esta hoja en blanco que me observa
impávida y resignada por su futuro.
Primero eres un trazo tímido,
una marca casi imperceptible 
que mi lápiz dubitativo
marca en un papel amarillo y virgen.
Es similar
a cuando un amante desnuda al otro
en el silencio de los besos,
cuando comienzan ambos a amarse
por primera vez.
Es un movimiento inicial
tembloroso y pueril.
Es el principio.

De ese hilo de carboncillo,
con algo más de valentía y textura
mana un río de líneas
que surcan la hoja al galope
de norte a sur
huyendo de su propio origen.
Fabrico uno, dos, tres, cuatro, cien, mil.
Se amontonan los trazos delgados
encima de los gruesos 
que se atrincheran en el fondo de la cuartilla.
Discuten y pelean entre sí
como los niños pequeños
que son en realidad,
como si el protagonismo de uno
quisiera eclipsar el brillo de otro.
Esas líneas aún no lo saben
pero serán mañana
detalles de tu pelo.

Me detengo toda esta vida
en el verde de tus ojos cálidos,
en fijar al milímetro
esa mirada que me mira
y que solo al hacerlo,
me desarma,
aunque mi neutro lapicero
no sepa darle color.
Te dibujo observándome
como si el tiempo
tuviera la deferencia
de detener sus manecillas
para poder calcarte con calma.
Pero sabes que no es así,
que aprendí a dibujarte de memoria
en las ausencias cotidianas
en las que te conviertes
cuando no estás.

Lo que fue principio al principio
poco a poco se va convirtiendo
en el final del dibujo
que he robado del papel amarillo.
Retoco tu boca a medio abrir
que parece discrepar con el resultado,
como si la falta de sonido
que tus labios tienen
protestara por haberte hecho
de tal forma o de tal otra,
una protesta silente
que mi lápiz se venga con frialdad
rechazando toda reclamación.
Mis dibujos no son democráticos.
Están atados a la dictadura
que persiguen definirte.
Ni tan siquiera puedo discrepar
sobre lo que mis trazos imponen.

Constituciones Españolas. 1812

Estimado lector. Has leído bien el título del post. Deja de frotarte los ojos, que te vas a hacer daño...

Hay que recordar a nuestro querido lector que esta España (camisa blanca de mi esperanza, reseca historia que nos abraza... como cantaban por ahí) ha tenido más de una, y más de dos Constituciones a lo largo de su historia reciente.



Este año se celebra el bicentenario de la Constitución de 1812. Aunque el tema pueda parecer que está muy alejado de la filosofía que tiene Impresiones, nos ha parecido muy interesante compartir unos cuantos artículos de aquella lejana y primigenia Constitución igual que como las otras que nadie se acuerda de ella. Así que, nos la hemos leído todas, para sacar alguna cosilla curiosa. Comenzaremos por la de 1812.

Alguien dijo una vez que para entender la época de otro tiempo, había que revisar las leyes y prohibiciones que se dictaban entonces para saber cómo respiraba esa sociedad. Al hilo de esto y aprovechando el tirón del bicentenario, hemos hurgado en las tripas de nuestras constituciones para saber qué leyes acataban los españolitos de entonces...

Compartimos en versión original estos documentos históricos. No nos contenemos a comentar algunas partes del texto y compararlas con lo que somos hoy. Encontráis todo el documento en una preciosa edición realizada por el Boletín Oficial del Estado. Este link os lleva a su tienda.

Constitución 1812




En el artículo 2 pone claramente la "Nación Española es libre e independiente. Y que no puede ser patrimonio de ninguna familia ni persona." Curioso. Éramos libre e independientes y no éramos de nadie. Interesante reflexión. ¿Sería aplicable esa afirmación hoy en día?  


"La religión de la Nación es y será perpetuamente la Católica..." Ojo al "perpetuamente." Impresionante. Se puede decir más alto pero no más claro. Actualmente, España se define en los papeles como un estado aconfesional. Alguien debió borrar con cuidado lo de perpetuamente...


Por ley, el Estado debía procurar la felicidad de la Nación y por ende, la de sus ciudadanos. Sin comentarios. Está todo dicho. Es diáfano. Esa parte no se conserva en la actualidad. Otro alguien, o quizás el mismo de antes, no dejó huellas sobre este asunto.



El Rey es sagrado e inviolable. Se la denomina Majestad Católica. ¿Cómo verían nuestros congéneres la Monarquía actual y sus adláteres enjuiciables?




Atentos al párrafo donde se indica que las cárceles sirven para asegurar y no molestar a los presos. Es fantástica. 


¿Qué es una policía de salubridad, pero sobre todo, de "comodidad"? Reproducimos una escena de la época:
-Hola soy policia, ¿Está cómodo y limpio?
-Sí, agente, muchas gracias. Aunque si me acercara una mantita, se lo agradecería. Comienza a refrescar.
-Sí, es verdad. Es raro para esta época del año. Veo que se ha lavado hoy.
-Sí, claro agente, cada semana.
-Muy bien, continúe así. ¿Necesita algo más?
-No, muy amable, agente.
-A mandar, solo cumplo con lo estipulado en el artículo 321 de nuestra gran Constitución.



Grandiosos artículos 339 y 340. ¡Qué pena que no se interpreten correctamente en la actualidad!


Aquí, aquí está el origen de la famosa crisis. De aquí viene la famosa deuda. Viene de lejos...



Leer, escribir, contar y el catecismo de la Religión. Las tres piedras angulares de cualquier sistema educativo que se precie.

Artefactos, número 11

Llegamos al número 11 de los Artefactos que venimos compartiendo del poeta Nicanor Parra.



Rayuela. Capítulo 9

Capítulo 9




 Por la rue de Varennes entraron en la rue Vaneau. Lloviznaba, y la Maga se colgó todavía más del brazo de Oliveira, se apretó contra su impermeable que olía a sopa fría. Etienne y Perico discutían una posible explicación del mundo por la pintura y la palabra. Aburrido, Oliveira pasó el brazo por la cintura de la Maga. También eso podía ser una explicación, un brazo apretando una pintura fina y caliente, al caminar se sentía el juego leve de los músculos como un lenguaje monótono y persistente, una Berlitz obstinada, te quie-ro te quie-ro te quie-ro. No una explicación: verbo puro, que-rer, que-rer. «Y después siempre, la cópula», pensó gramaticalmente Oliveira. Si la Maga hubiera podido comprender cómo de pronto la obediencia al deseo lo exasperaba, inútil obediencia solitaria había dicho un poeta, tan tibia la cintura, ese pelo mojado contra su mejilla, el aire Toulouse Lautrec de la Maga para caminar arrinconada contra él. En el principio fue la cópula, violar es explicar pero no siempre viceversa. Descubrir el método antiexplicatorio, que ese te quie-ro te quie-ro fuese el cubo de la rueda. ¿Y el Tiempo? Todo recomienza, no hay un absoluto. Después hay que comer o descomer, todo vuelve a entrar en crisis. El deseo cada tantas horas, nunca demasiado diferente y cada vez otra cosa: trampa del tiempo para crear las ilusiones. «Un amor como el fuego, arder eternamente en la contemplación del Todo. Pero en seguida se cae en un lenguaje desaforado.»

Toulouse Lautrec, Beso en la cama
 
—Explicar, explicar —gruñía Etienne—. Ustedes si no nombran las cosas ni siquiera las ven. Y esto se llama perro y esto se llama casa, como decía el de Duino. Perico, hay que mostrar, no explicar. Pinto, ergo soy.—¿Mostrar qué? —dijo Perico Romero.—Las únicas justificaciones de que estemos vivos.—Este animal cree que no hay más sentido que la vista y sus consecuencias —dijo Perico.—La pintura es otra cosa que un producto visual –dijo Etienne—. Yo pinto con todo el cuerpo, en ese sentido no soy tan diferente de tu Cervantes o tu Tirso de no sé cuánto. Lo que me revienta es la manía de las explicaciones, el Logos entendido exclusivamente como verbo.—Etcétera —dijo Oliveira, malhumorado—. Hablando de los sentidos, el de ustedes parece un diálogo de sordos. La Maga se apretó todavía más contra él. «Ahora ésta va a decir alguna de sus burradas», pensó Oliveira. «Necesita frotarse primero, decidirse epidérmicamente.» Sintió una especie de ternura rencorosa, algo tan contradictorio que debía ser la verdad misma. «Había que inventar la bofetada dulce, el puntapié de abejas. Pero en este mundo las síntesis últimas están por descubrirse. Perico tiene razón, el gran Logos vela. Lástima, haría falta el amoricidio, por ejemplo, la verdadera luz negra, la antimateria que tanto da que pensar a Gregorovius.»


Imagen vista en el blog Pasaba por aquí




—Che, ¿Gregorovius va a venir a la discada? —preguntó Oliveira.
Perico creía que sí, y Etienne creía que Mondrian. 
—Fijate un poco en Mondrian —decía Etienne—. Frente a él se acaban los signos mágicos de un Klee. Klee jugaba con el azar, los beneficios de la cultura. La sensibilidad pura puede quedar satisfecha con Mondrian, mientras que para Klee hace falta un fárrago de otras cosas. Un refinado para refinados. Un chino, realmente. En cambio Mondrian pinta absoluto. Te ponés delante, bien desnudo, y entonces una de dos: ves o no ves. El placer, las cosquillas, las alusiones, los terrores o las delicias están completamente de más. 
—¿Vos entendés lo que dice? —preguntó la Maga—. A mí me parece que es injusto con Klee.
—La justicia o la injusticia no tienen nada que ver con esto —dijo Oliveira, aburrido—. Lo que está tratando de decir es otra cosa. No hagas en seguida una cuestión personal.
—Pero por qué dice que todas esas cosas tan hermosas no sirven para Mondrian.



Piet Mondrain, Broadway Boogie Woogie

—Quiere decir que en el fondo una pintura como la de Klee te reclama un diploma ès lettres, o por lo menos ès poésie, en tanto que Mondrian se conforma con que uno se mondrianice y se acabó.
—No es eso —dijo Etienne.
—Claro que es eso —dijo Oliveira—. Según vos una tela de Mondrian se basta a sí misma. Ergo, necesita de tu inocencia más que de tu experiencia. Hablo de inocencia edénica, no de estupidez. Fijate que hasta tu metáfora sobre estar desnudo delante del cuadro huele a preadamismo. Paradójicamente Klee es mucho más modesto porque exige la múltiple complicidad del espectador, no se basta a sí mismo. En el fondo Klee es historia y Mondrian atemporalidad. Y vos te morís por lo absoluto. ¿Te explico?
—No —dijo Etienne—. C’est vache comme il pleut.
—Tu parles, coño —dijo Perico—. Y el Ronald de la puñeta, que vive por el demonio.
—Apretemos el paso —lo remedó Oliveira—, cosa de hurtarle el cuerpo a la cellisca.
—Ya empiezas. Casi prefiero tu yuvia y tu gayina, coño. Cómo yueve en Buenos Aires. El tal Pedro de Mendoza, mira que ir a colonizaros a vosotros.
—Lo absoluto —decía la Maga, pateando una piedrita de charco en charco—. ¿Qué es un absoluto, Horacio?
—Mirá —dijo Oliveira—, viene a ser ese momento en que algo logra su máxima profundidad, su máximo alcance, su máximo sentido, y deja por completo de ser interesante. 
—Ahí viene Wong —dijo Perico—. El chino está hecho una sopa de algas.


Paul Klee, Rose Garden

Casi al mismo tiempo vieron a Gregorovius que desembocaba en la esquina de la rue de Babylone, cargando como de costumbre con un portafolios atiborrado de libros. Wong y Gregorovius se detuvieron bajo el farol (y parecían estar tomando una ducha juntos), saludándose con cierta solemnidad. En el portal de la casa de Ronald hubo un interludio de cierraparaguas comment ça va a ver si alguien enciende un fósforo está rota la minuterie qué noche inmunda ah oui c’est vache, y una ascensión más bien confusa interrumpida en el primer rellano por una pareja sentada en un peldaño y sumida profundamente en el acto de besarse.
—Allez, c’ést pas une heure pour faire les cons —dijo Etienne.
—Ta gueule —contestó una voz ahogada—. Montez, montez, ne vous gênez pas. Ta bouche, mon trésor. 
—Salaud, va —dijo Etienne—. Es Guy Monod, un gran amigo mío.
En el quinto piso los esperaban Ronald y Babs, cada uno con una vela en la mano y oliendo a vodka barato. Wong hizo una seña, todo el mundo se detuvo en la escalera, y brotó a capella el himno profano del Club de la Serpiente. Después entraron corriendo en el departamento, antes de que empezaran a asomarse los vecinos.
Ronald se apoyó contra la puerta. Pelirrojamente en camisa a cuadros.
—La casa está rodeada de catalejos, damn it. A las diez de la noche se instala aquí el dios Silencio, y guay del que lo sacrilegue. Ayer subió a increparnos un funcionario. Babs, ¿qué nos dice el digno señor?
—Nos dice: «Quejas reiteradas.»
—¿Y qué hacemos nosotros? —dijo Ronald, entreabriendo la puerta para que entrara Guy Monod.
—Nosotros hacemos esto —dijo Babs, con un perfecto corte de mangas y un violento pedo oral.
—¿Y tu chica? —preguntó Ronald.
—No sé, se confundió de camino —dijo Guy—. Yo creo que se ha ido, estábamos lo más bien en la escalera, y de golpe. Más arriba no estaba. Bah, qué importa, es suiza.




miércoles, 25 de enero de 2012

Artefactos, número 10

Regresamos al maestro Nicanor Parra. Compartimos otro Artefacto para desorientar a la poesía...


Lo que vale el tiempo

Hemos descubierto recientemente un poeta visual magnífico. Se llama Toni Prat. Acaba de publicar la tercera serie de su poesía visual. Queremos compartir con vosotros sus propuestas gráficas, que no deja a nadie indiferente. Su web es de recomendada visita. Ha sido difícil qué seleccionar.

Hemos estado tentados a construir un poema, como solemos hacer, pero hemos preferido que el humor, la ironía, la reflexión, el ingenio de Toni hablen por sí solos. Ya nos vengaremos en palabras en otra ocasión... Especial atención al confesionario. Muy gráfico y demoledor.

Que os guste. 









martes, 24 de enero de 2012

Spleen

El próximo siete de febrero de 2012 se va a celebrar el Recital III, XVIII Ciclo de Lied en el Teatro de la Zarzuela. No, nos hemos puesto a informar sobre la cartelera de ópera. 

Sin embargo, lo traemos a colación porque van a interpretar, entre otras cosas, un poema muy hermoso del maestro Paul Verlaine (1844-1896). Nos ha parecido muy adecuado compartir con vosotros el poema en francés con su traducción respectiva. Entre medias, un vídeo donde podéis ver cómo suena (bendita sinestesia, que haríamos sin ella...)


Detalle del programa  Recital III
XVIII Ciclo de Lied

Spleen

Texto de Paul Verlaine (1844-1896)


Il pleure dans mon coeur
Comme il pleut sur la ville;
Quelle est cette langueur
Qui pénètre mon coeur?


Ô bruit doux de la pluie,
Par terre et sur les toits!
Pour un coeur qui s’ennuie,
Ô le chant de la pluie!


Il pleure sans raison
Dans mon coeur qui s’écoeure.
Quoi! nulle trahison?...
Mon deuil est sans raison.


C’est bien la pire peine,
De ne savoir pourquoi
Sans amour et sans haine
Mon coeur a tant de peine!




Spleen
 
Llora en mi corazón
como llueve en la ciudad;
¿qué es esta languidez
que me cala el corazón?
 
¡Oh, rumor dulce de la lluvia
por el suelo y los tejados!
Para un corazón que se aburre,
¡oh, el canto de la lluvia!
 
Llora sin razón
en este corazón que se hastía.
¡Cómo!, ¿sin traición alguna?…
No hay razón para este duelo.
 
¡Y en verdad la mayor tristeza
es no saber por qué,
sin amor y sin odio,
hay en mi corazón tanta tristeza!
 
Traducción de Carmen Torreblanca
y José Armenta


Artefactos, número 9

Otro Artefacto. Un poquito de humor negro del maestro Nicanor Parra.





lunes, 23 de enero de 2012

Recordarte que me recuerdes

Una de la labores ingratas de todo bloguero (al menos así nos parece cuando revisamos todo el trabajo producido) es etiquetar correctamente sus post, para que luego la información esté ordenada de una determinada manera y el visitante acceda a ella.  Es colocar ciertas palabras clave que hacen que los motores de búsqueda encuentren la información solicitada.

Uno de los cambios que hemos hecho en estos días en el blog ha sido revisar todo nuestro material compartido y añadir la etiqueta del ilustrador a cada una de las entradas que tan generosamente ha dejado su talento entre nuestras palabras. Aparecen en la barra lateral de la izquierda, ordenados alfabéticamente.

De ese tedioso trabajo, hemos sacado algo positivo. Hemos recuperado a una ilustradora que nos encantó en su día y obviamente nos sigue gustando mucho su trabajo. Son muy sugerentes sus ilustraciones, muy poéticas. Éste es el tercer post donde la mencionamos. Ella se llama Erika Kuhn. Confiemos en que se sienta a gusto en Impresiones, junto a nuestros poemas. Y que no le violente demasiado nuestra admiración hacia su talento y trabajo, sobre todo si lo manifestamos públicamente.

La ilustración se llama Recuérdame. En el margen superior izquierdo, se pueden leer tres líneas escritas a mano, suponemos que por la propia Erika. Pone:
"Por favor, recuérdame una vez más."
Hacemos caso a la autora y la recordamos con un poema. Crucemos los dedos. A ver cómo nos va, que la tarde está siendo espesa y prolíficamente poco creativa... 

(Nota posterior. Esa tarde fue fallida. Hay que reconocer que este oficio de escribir no es fácil y que las palabras, a veces, no quieren trabajar demasiado. A pesar de ello, hay que intentarlo. El poema se ha escrito en tres partes como intentos ha  necesitado el autor para sacar hacia adelante el texto.)


El poema pretende reflexionar sobre las cosas que nos atan, como puede ser el amor, el matrimonio, los errores, el pasado, las circunstancias, los compromisos... cosas que, en definitiva, nos impiden avanzar. A veces nos atamos pequeños lazos para recordar algo o para que nos recuerden. En ocasiones, esos lazos se convierten en cadenas que nos impiden continuar con el viaje. Nuestra protagonista solo se podía llamar Penélope.




Me apellido Penélope,
el nombre verdadero que tuve
mi memoria apenas distingue
qué apariencia tiene en el presente.
En otra juventud
fui de naturaleza viajera,
atravesaba mundos y existencias, 
recorría raíles y amantes,
era la protagonista de mi vida.
A día de hoy, soy mi propia antagonista
cuando observo la aparente calma
mientras la tormenta se forja por dentro,
me amarro inexplicablemente
a un tú que fuiste que se disuelve
y que ahora no está nunca donde yo estoy,
un puerto donde encallé hace décadas
un lugar donde me desgasto.
Me soy infiel porque sigo aquí,
sin saber muy bien si sigues siendo
el motivo de mi espera.

Como cada mañana,
mi dedo está dediatado concienzudamente.
Observo con cierta desidia
qué todo está en su sitio.
Compruebo el procedimiento,
sigo el manual de instrucciones.
Levanto el dedo despacio,
pruebo sus fallos,
reviso si la tensión es correcta,
si el recuerdo que ata
no se desata en el olvido.
Verifico su sistema de seguridad,
la posición exacta,
si el color es adecuado
o si la sangre de mi dedo
puede circular como acostumbra.
Certifico que pasan
los estrictos protocolos férreos
que en su día 
firmó mi mano notaria.

Me estrello sin remedio
en la certeza más cierta
de que has emprendido
un camino diferente al mío.
Caigo de golpe en la cuenta
y sin que medie cura paliativa alguna
que de ti tan solo permanece
este pequeño cordel borgoña de mi dedo.
De lo que fuimos
me queda lo que nos une,
y lo que nos une
es este frágil recuerdo
con forma y color de hilo de sangre.
A mi dedo corazón
le até un lazo rojo
para recordarte
que me recuerdes.
Pero no funciona.
Defecto en su fabricación
o deterioro por mal uso.

Me apellido Penélope por última vez.
Ha llegado la hora de avanzar
hacia otras islas que no me aten.
Es hora de recordar cómo me llamo.