Lo
bueno que tiene nuestro oficio, entre otras cosas, es ir aprendiendo
cada día una cosa, un lugar, una persona. Ayer me hablaron de David Bray, un fantástico ilustrador.
y me tapa con dulzura los ojos
que no te muestro.
Es un juego, lo sé,
donde ganar o perder
supongo
que no tiene demasiada importancia.
Es una venda manchada
que me oculta
lo que quieras que vea, lo sé.
Me queda presentirlo,
imaginarlo,
soñarte al otro lado
de lo que no veo.
Nos separa
una fina tela
que me niega, lo sé,
que me esconde
la luz de esta noche
que parece destinada
a ser noche de bodas.
Noto que mi boca se hace boca,
mi pelo será mar en tormenta
y esta venda, lo sé,
que llevo en la cara
que llevo en el corazón,
me dejará mirarte
con otros ojos.
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