Una de cal y otra de arena. La lluvia nos ha tocado un poco de refilón y no nos hemos podido resistir. Añadimos otro poema, algo más serio, también del mismo poemario de Muxeres.
Te miro de frente,
espejo traidor,
y no conozco a la mujer que me das.
Me devuelves una imagen gastada,
cansada de la batalla cotidiana
de semáforos en ámbar
y de metros a punto de llegar o partir.
Me engañas
con tu realidad trucada,
que saca un flequillo
que tapa lo que me asusta.
Te miro
sin remedio alguno,
perdida entre lo que me fotografías
y lo que creía recordar.
Espejo traidor,
¿dónde me has ocultado?
¿Qué has hecho de mí?
espejo traidor,
y no conozco a la mujer que me das.
Me devuelves una imagen gastada,
cansada de la batalla cotidiana
de semáforos en ámbar
y de metros a punto de llegar o partir.
Me engañas
con tu realidad trucada,
que saca un flequillo
que tapa lo que me asusta.
Te miro
sin remedio alguno,
perdida entre lo que me fotografías
y lo que creía recordar.
Espejo traidor,
¿dónde me has ocultado?
¿Qué has hecho de mí?
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