miércoles, 3 de octubre de 2012

S. tiene que tomar un camino

Hemos descubierto hace un ratito a una ilustradora bonaerense fantástica. Se llama Laura Michell. Al ver la imagen de debajo en su muro, hemos tenido la inevitable tentación de encender el piano en forma de teclado de ordenador y buscar entre sus entrañas un hilo del que tirar, algo que acompañara, que ilustrara con palabras esta ilustración que además, da título a la entrada y al texto: S. tiene que tomar un camino.

Un millón de gracias, Laura, por tu talento y por el hermoso dibujo que nos ha inspirado este garabato en forma de poema. 

Ojalá S. haya encontrado el camino que buscaba. Ojalá...



S. tiene que tomar un camino.
Todavía no sabe cuál.
Su duda se debate entre la voz de niebla
que el futuro dibuja sin señales en los mapas
que habita en las tierras sin nombre en el norte,
y la que barajan sus dedos invisibles,
que pasa por dejarse envolver por ese cálido pasado 
que vive de alquiler en el sur de su corazón
y regresar a él apresuradamente
con la certeza de no disponer en este instante
de una fecha de salida definida.

S. tiene que tomar un camino.
El otoño amarillo y marrón del presente 
le adorna la cabeza desde hace semanas,
lustros, decenios, siglos, eones.
Su helénica nariz, sus ojos neutros que miran sin ver,
sus oídos más que mudos y su boca menos que sorda
entienden que esta extraña quietud
se debe a que su ánimo está lleno de escombros.
Sus sentidos despliegan las alas para el viaje.
Sienten cerca el inicio del despegue, y sin embargo, 
por motivos que desconocen, el vuelo no se produce.


S. tiene que tomar un camino.
Concluye que no le queda otra salida
que abandonar la encrucijada
en la que se encuentra.
Avanzar una casilla en el tablero o retroceder dos,
vivir otra vez con el peligro de lo incierto o de lo que hiere,
o morir cómodamente bajo la piel por simple asfixia.
Todavía no sabe cual va a escoger,
pero intuye que quedarse fija 
en la fotografía del espejo
es la peor solución posible. 

S. elige su camino.

2 comentarios:

  1. "S. tiene que tomar un camino.
    Concluye que no le queda otra salida
    que abandonar la encrucijada
    en la que se encuentra.
    Avanzar una casilla en el tablero o retroceder dos,
    vivir otra vez con el peligro de lo incierto o de lo que hiere,
    o morir cómodamente bajo la piel por simple asfixia.
    Todavía no sabe cual va a escoger,
    pero intuye que quedarse fija
    en la fotografía del espejo
    es la peor solución posible. "


    No quiero creer que fue por casualidad que me encontré con esto y que mi inicial es S. Gracias por esta entrada. :)

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  2. No existen las casualidades. ¿No crees? Muchas gracias por tu comentario.

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