miércoles, 7 de noviembre de 2012

Nos desconocimos

Nos conocimos no hace mucho.
¿Quién se fija en las agujas del reloj
entre amigos o amantes?
Compartimos risas,
sueños, secretos,
delicadas confidencias,
complicadas complicidades.

En un momento absurdo,
o en un millar, algo erróneo,
una confusión desafinada,
una mueca sin adjetivar,
un mal gesto o una descortesía
que no llega a explicarse del todo,
nos conduce al ruidoso silencio.

Volamos inexorablemente
al difuso camino
donde se olvidan las respuestas
de las preguntas básicas
que creíamos conocer del otro.
Después,
un punto y final.

Terminamos por desconocernos.
No digo que seamos desconocidos.
Es algo más denso,
más profundo,
más hueco,
es un proceso más lento,
más inerte.

Nos conocimos
no hace mucho.
Eso dije antes.
Nos desconocimos
no hace tanto,
confieso en voz baja,
tal y como digo ahora.

Todo viene porque coincidimos
por casualidad en un ascensor
donde pasamos por actores mudos.
Fuimos intérpretes
sin ningún diálogo en escena.
Nuestra mirada se quedó petrificada
en la infinita puerta del ascensor.

Nuestras frases postradas
en la curva de los labios
comprobaron
cómo las frases del otro
también se asomaban
a la ventana
para tampoco decir nada.

Es cierto
que todo dura lo que dura el viaje,
apenas minutos.
Lo trivial siempre fue trivial
y quizás por serlo,
se impiden a las palabras
viajar del pensamiento al fonema.

La puerta del ascensor que se abre
nos conduce
a mitades del mundo
dispares y lejanas.
Nos despedimos.
Nos deseamos suerte o ánimo.
Lo que marque el protocolo humano.

Nunca lo cortés
quita espacio a lo valiente.
Y sin embargo, y sin embargo,
duele constatar que de todo aquello
lo único que seguimos compartiendo
son cobardías similares,
una cobardía de tipo silente.

****

La ilustración que acompaña al poema está sacada del blog:

http://elblogdegarcigomez.blogspot.com.es/2012/08/conocer-y-desconocer.html

Un millón de gracias.

viernes, 26 de octubre de 2012

Estado de sitio

Seamos breves. La ilustración es del maestro El Roto. Un millón de gracias. El poema, de la casa.



Uno. Corten comunicaciones con el exterior.

Dos. Intercepten y rechacen las cartas,
las notas ocultas, los telegramas, los emails.

Aíslen cualquier fuente de energía.
Todas. Sin excepción.

Tres. Indiquen a los generales
que preparen a sus ejércitos
para la contienda y sus inviernos.

Que los Cuerpos y Fuerzas
de Seguridad del Estado
se movilicen de inmediato.

Den la orden de situar
el alambre de las alambradas
en las principales arterias.

Cuatro. Levanten los puentes.
Que ningún avión despegue de ningún aeropuerto.
Que ningún tren abandone la estación sin estar autorizado.
Que los autobuses permanezcan en sus dársenas.

Den instrucciones precisas
de que los almacenes
se abastezcan de suministros suficientes
mientras el asedio se dilate en el tiempo.

Lleven a los deseos a lugares seguros.
Que esperen en los refugios subterráneos
acondicionados según protocolo establecido
para fines similares.

Cinco (...)

¿Para qué detallar más los detalles
que pretenden protegerme?

Cuando la razón pierde la razón,
se impone irremediablemente un cambio de conducta,
una defensa como ataque para que no caigan las últimas fronteras.

Porque cuando el corazón tropieza y se cae de bruces,
cuando descubre su propia orfandad y tiembla,
se requieren para poder regresar en un futuro probable,
estados de sitio.

miércoles, 3 de octubre de 2012

Ni tan siquiera tus palabras

Volvemos a caer en la tentación (benditas sean las tentaciones) y sacamos palabras a tan hermosa ilustración de la ilustradora mexicana Erika Kuhn.

Al final terminaremos reuniendo un número suficiente de poemas que se parezcan y todo a un libro. ¿Tendremos el valor de dar el siguiente paso? Veremos...


Te devuelvo por correo urgente 
tus malditas palabras. ¡Tómalas!
No preciso acuse de recibo.

Quédate tus maltrechas sílabas casadas
que conforman metáforas viudas
que taladran corazones solteros.

Se oxidaron ya los poemas
y los endecasílabos desafinados
que cincelaste en mi piel.

Volveré, sin ti, a estar desnuda estando vestida.
Lo sé. No me importa. Ya no queda nada dentro de mí.
Ni tan siquiera tus palabras.


S. tiene que tomar un camino

Hemos descubierto hace un ratito a una ilustradora bonaerense fantástica. Se llama Laura Michell. Al ver la imagen de debajo en su muro, hemos tenido la inevitable tentación de encender el piano en forma de teclado de ordenador y buscar entre sus entrañas un hilo del que tirar, algo que acompañara, que ilustrara con palabras esta ilustración que además, da título a la entrada y al texto: S. tiene que tomar un camino.

Un millón de gracias, Laura, por tu talento y por el hermoso dibujo que nos ha inspirado este garabato en forma de poema. 

Ojalá S. haya encontrado el camino que buscaba. Ojalá...



S. tiene que tomar un camino.
Todavía no sabe cuál.
Su duda se debate entre la voz de niebla
que el futuro dibuja sin señales en los mapas
que habita en las tierras sin nombre en el norte,
y la que barajan sus dedos invisibles,
que pasa por dejarse envolver por ese cálido pasado 
que vive de alquiler en el sur de su corazón
y regresar a él apresuradamente
con la certeza de no disponer en este instante
de una fecha de salida definida.

S. tiene que tomar un camino.
El otoño amarillo y marrón del presente 
le adorna la cabeza desde hace semanas,
lustros, decenios, siglos, eones.
Su helénica nariz, sus ojos neutros que miran sin ver,
sus oídos más que mudos y su boca menos que sorda
entienden que esta extraña quietud
se debe a que su ánimo está lleno de escombros.
Sus sentidos despliegan las alas para el viaje.
Sienten cerca el inicio del despegue, y sin embargo, 
por motivos que desconocen, el vuelo no se produce.


S. tiene que tomar un camino.
Concluye que no le queda otra salida
que abandonar la encrucijada
en la que se encuentra.
Avanzar una casilla en el tablero o retroceder dos,
vivir otra vez con el peligro de lo incierto o de lo que hiere,
o morir cómodamente bajo la piel por simple asfixia.
Todavía no sabe cual va a escoger,
pero intuye que quedarse fija 
en la fotografía del espejo
es la peor solución posible. 

S. elige su camino.

martes, 11 de septiembre de 2012

Razón aquí

Se pasó la primavera, como un beso en un portal. El verano, asustadizo (no extraña que esté tan acojonado con la que cae y con la que está por caer huya de nosotros) va dando sus últimas bocanadas. Es probable que lo prohíban la próxima legislatura. No se puede derrochar tantas horas de luz.

Después de un imperdonable e innombrable parón creativo otros menesteres nos reclamaron volvemos a enfundarnos el traje de faena. Volvemos a amarrarnos al duro banco. 

Apetece volver a escribirte, oh lector, mon frère, como diría Baudelaire...

C'est l'Ennui!—l'oeil chargé d'un pleur involontaire,
Il rêve d'échafauds en fumant son houka.
Tu le connais, lecteur, ce monstre délicat,
—Hypocrite lecteur,—mon semblable,—mon frère!

(Es aburrimiento!-El ojo acusado de una lágrima involuntaria,
Sueña con andamios mientras fumaba su pipa de agua.
Tú lo conoces, lector, este monstruo delicado,
-Hipócrita lector, -mi compañero-, mi hermano!
)
Volvemos a lo básico, al poema. Esta vez ha salido pequeñito. Que nos disculpen, estamos calentando...

La ilustración la hemos visto en en el blog de Débora Tenembaum. Teniendo el título que tiene la entrada, desde Impresiones no hemos podido resistirnos y hemos recogido el guante lanzado. Su blog es muy recomendable. Un millón de gracias, Débora.



Que lo disfruten...

******

Se inventan mundos raros. Razón aquí.

Se inventan lugares sin coordenadas
donde se desconozcan los apellidos de las primastras de riesgo,
donde los abyectos matones económicos
no agarroten gargantas ajenas,
donde los políticos color veneno mate, de piel opaca,
sonrisa apócrifa, compungido gesto,
decidan estoicamente extinguirse para no volver.

Se inventan mundos raros. Razón aquí.

Se fabrican espacios abiertos y sin grilletes,
habitados fundamentalmente por personas.
Por razones obvias quedan excluidos
los cadáveres que habitan en los medios de comunicación
con traje, corbata y un gráfico descendente bajo el brazo,
cadáveres que tras alentar la tormenta que nos moja,
se llevaron de las tiendas todos los paraguas.
 
Se inventan mundos raros. Razón aquí.

Se construyen murallas de aire
donde los malos poetas anónimos
puedan colgar sus versos
en las paredes digitales
que se ven más allá del océano,
para que, quien pide poesía y amor,
sepa donde hallarlo.

Se inventan mundos raros. Razón aquí.

viernes, 8 de junio de 2012

Fragmentos... Farenheit 451

Nuestro pequeño homenaje al maestro Bradbury. Descanse en paz...



"Sólo pretendemos conservar los conocimientos imprescindibles, intactos y a salvo. No queremos por ahora incitar las iras de nadie. Pues si nos destruyen, el conocimiento muere con nosotros, quizá para siempre. Somos ciudadanos modelos, a nuestro modo. Caminamos por los viejos rieles, dormimos de noche en las colinas, y la gente de las ciudades nos deja en paz. Nos detienen y registran a veces, pero de nada pueden acusarnos. La organización es flexible, fragmentaria y dispersa. Algunos nos hemos cambiado la cara o las impresiones digitales con ayuda de la cirugía. En este preciso momento nuestra tarea es horrible. Estamos esperando a que estalle la guerra, y que, con la misma rapidez, llegue a su fin. No es nada agradable, pero no gobernamos las cosas. Somos la rara minoría que clama en el desierto. Cuando la guerra termine, quizá podamos ser útiles al mundo.
-¿Creen ustedes que los escucharán entonces?
-Si no, sólo nos quedará esperar. Les pasaremos los libros a nuestros niños, de viva voz, y ellos esperarán a su vez y se los pasarán a otras gentes. Mucho se perderá de ese modo, es cierto. Pero no se puede obligar a la gente a que escuche. Se acercarán a nosotros cuando llegue la hora, cuando se pregunten qué ha pasado y por qué el mundo estalló en pedazos. No puede tardar mucho.
-¿Cuántos son ustedes?
-Miles en los caminos, las vías de ferrocarril abandonadas. Vagabundos por fuera, bibliotecas por dentro. No lo planeamos en un principio. Siempre había alguien que quería recordar un libro, y así lo hacía. Luego, después de veinte años, nos encontramos, fuimos de un lado a otro, unimos los hilos sueltos, e ideamos un plan. No debíamos olvidar lo más importante: no éramos importantes. Debíamos evitar toda pedantería. No debíamos sentirnos superiores a nadie en el mundo. No éramos más que cubiertas protectoras de libros; ése era nuestro único significado. Algunos de nosotros viven en pueblos. El capítulo primero de Walden de Thoreau en Green River; el capítulo segundo en Willow Farm, Maine. Hasta hay una aldea en Maryland, de veintisiete habitantes, que es los ensayos completos de un hombre llamado Bertrand Russell. Ninguna bomba tocará esa aldea. Uno puede, casi, tomarla en la mano, y pasar las páginas, tantas páginas por persona. Y cuando la guerra termine, algún día, algún año, podrán escribirse los libros otra vez; se llamará a la gente, una a una, para que recite lo que sabe, y los guardaremos impresos hasta que llegue otra Edad de las Tinieblas, y tengamos que rehacer enteramente nuestra obra. Pero eso es lo maravilloso en el hombre; nunca se descorazona o disgusta tanto como para no empezar de nuevo. Sabe muy bien que su obra es importante y valiosa."

Ray Bradbury, Farenheit 451

miércoles, 6 de junio de 2012

Fragmentos... Ensayo sobre la lucidez

Comparimos hoy un frgamento de Ensayo sobre la lucidez. Una estupenda novela del maestro José Saramago. La editó en su día Alfaguara.

Extramos un pequeño texto de la contraportada del libro, para que el lector se sitúe y le entren ganas de leer más.

"Durante las elecciones municipales de una ciudad sin nombre, la mayoría de los habitantes decide individualmente ejercer su derecho al voto de uan manera inesperada. El gobierno teme que ese gesto revolucionario, capaz de socavar los cimientos de una democracia degenarada, sea producto de una conjura anarquista internacional o de grupos extremistas desconocidos. Las cloacas del poder se ponen en marcha: los culpables tienen que ser eliminados. Y si no se hallan, se inventan."
La ilustración que acompaña al post es un diseño del maestro Manuel Estrada, al que, sin duda alguna, admiramos profundamente. Agradecidos.

¿Qué pasaría si la capital de un estado moderno decidiera votar en blanco? ¿Qué pasaría si no se eligiera a nadie? 

 
"A las diez de la noche, finalmente, apareció en televisión el primer ministro. Venía con el rostro demudado, con ojeras profundas, efecto de una semana entera de noches mal dormidas, pálido a pesar del maquillaje tipo buena salud. Traía un papel en la mano, pero casi no lo leyó, apenas le lanzó alguna mirada para no perder el hilo del discurso, Queridos conciudadanos, dijo, el resultado de las elecciones que hoy se han realizado en la capital es el siguiente, partido de la derecha, ocho por ciento, partido del medio, ocho por ciento, partido de la izquierda, uno por ciento, abstenciones, cero, votos nulos, cero, votos en blanco, ochenta y tres por ciento."
Ensayo sobre la lucidez. José Saramago 



Me sobra mes al final del sueldo

Hace poco fuimos a ver la estupenda obra teatral El inspector, de Nikolái Gógol. En un momento dado, aparecen frases contundentes que representaban el malestar de la población y de los comerciantes ante el corrupto alcalde y su nefasto gobierno local. ¿Les suena a algunos de ustedes dicha escena con la situación actual económica, política, etc.? Una de esas frases era "Me sobra mes al final del sueldo". Cuando la vimos, sabíamos que detrás había algo, como poco, un poema, quizás una canción. Este post es el resultado. Nos inclinamo al final por la canción.

Desde aquí nuestro agradecimiento al "inventor" del título que nos ha servido para tirar del hilo y construir el texto.

La imagen que acompaña al post la hemos visto en la web en multitud de sitios vinculados con las protestas en las calle relacionadas al 15-M, esas protestas que dicen que han muerto, que no sirven para nada, que los que gobiernan tienen carta blanca durante cuatro años para hacer y deshacer  a su antojo. Los perroflautas que suscriben estas líneas y firman la canción huérfana de música, no opinan ni de lejos que esto sea así. Ahí va nuestro pequeño aporte a la causa. Veremos cómo acaba...


Me sobra mes al final del sueldo

Que te juro que estrujo mis famélicas finanzas 
y por más vueltas que le doy y lo pienso,
veo que no me cuadra la balanza.

Que apenas alimento a mi pobre panza,
que le doy la mitad de comida al perro,
que a mi hija la he quitado de clase de danza.

Que llevo la ropa que me da Cáritas, 
que comer fuera, no te exagero,
en casa lo llamamos cenar en la terraza.

Y es que me sobra mes al final del sueldo.
 
Que no derrochamos vanas esperanzas,
que alquilamos de los otros sus sueños,
que defendemos las ofertas a ultranza.

Que el niño se inventa adivinanzas
que desconoce el norte de los vientos,
que esquivan a los políticos sin fianza.

Que sentimos nostalgia, casi añoranza,
de los lejanos falsos buenos momentos
donde cualquiera eructaba bonanzas.

Y es que me sobra mes al final del sueldo.

Que ni wifi hay del vecino que era ordenanza
del ministerio que le birló su cinco por ciento,
sin un duro ya para el deshaucio y la mudanza.

Que mal vendimos el coche sin tardanza
cuando en febrero nos dio un gran tiento
la hipoteca que subió su recaudanza.

Que el banco amenaza con una demandanza
que son seis meses sin pagar el crédito,
¿por qué nos acorrala esta triste contradanza?
  
Y es que me sobra mes al final del sueldo.
Que hasta estrofas de esta canción sin acordanza
he borrado del pentagrama, que debo
ahorrar esfuerzos sin bienaventuranzas.

Que presiento con desesperanza
cómo la prole de mi prole verá el cuento
de esta absurda y extraña mezcolanza.

Que no aprenderemos de esta enseñanza,
lo certificarán los hijos de nuestros nietos,
que caerán en nuestras mismas trampas.

Y es que me sobra mes al final del sueldo.

sábado, 2 de junio de 2012

Fragmentos... El primer trago de cerveza y otros pequeños placeres de la vida (continuación)

"El primer trago de cerveza 
Es el único que vale la pena. Los siguientes, cada vez más largos, más anodinos, solo te dejan una sensación de pastosidad tibia, de abundancia despilfarradora. Tal vez en el último resurge, con la desilusión de terminar, una apariencia de nervio...
¡En cambio, el primer trago! ¿Trago? Empieza mucho antes de la garganta. En los labios aflora ya ese oro burbujeante, frescor amplificado por la espuma, y lentamente en el paladar un placer tamizado de amargor. ¡Qué largo parece el primer trago! Se bebe de un tirón, con avidez falsamente instintiva. En realidad todo está escrito: la cantidad, ese ni poco ni mucho que constituye el único ideal; el bienestar inmediato rematado por un suspiro, un chasquido de lengua, o, tan importante como estos, un silencio; la engañosa sensación de un goce que se abre al infinito...
(...)
Es un placer amargo: bebemos para olvidar el primer trago."


El primer trago de cerveza y otros pequeños placeres de la vida de Philippe Delerm 


viernes, 25 de mayo de 2012

Fragmentos... El primer trago de cerveza y otros pequeños placeres de la vida

Os presentamos un fragmento del librito de Philippe Delerm, El primer trago de cerveza y otros pequeños placeres de la vida, editado en España por Tusquets Editores. De la solapa izquierda entresacamos el siguiente párrafo:
"Es la narración breve, exquisita de esas situaciones, comunes a todos, que, en los tiempos ajetreados en que vivimos, se deslizan sin que les prestemos atención y que, en cambio, encierran el germen del buen vivir."
La imagen que hemos seleccionado es un fotograba de la película Amèlie. Y al final, una pequeña sorpresa...


"Casi podríamos comer fuera. La frase llega siempre en el mismo instante. En el instante mismo de sentarse a la mesa, cuando parece que es demasiado tarde para convulsionar el tiempo, cuando la ensalada está ya puesta en el mantel. ¿Demasiado tarde? El futuro lo hacemos nosotros mismos. Tal vez la locura nos mueva a abalanzarnos fuera, a pasar febrilmente el trapo por la mesa del jardín, a proponer que la gente se ponga un jersey, a canalizar la ayuda que despliegan los demás con torpe jovialidad, idas y venidas contradictorias. O nos resignaremos a comer bien calentito -las sillas están demasiado mojadas, la hierba está tan alta...-
Pero tanto da. Lo que importa es el momento en que se pronuncia la frasecita. Casi podríamos... Qué grata es la vida en condicional, como en los juegos infantiles de antaño: Diríamos que tú estarías... Una vida inventada, que funciona a la inversa de la realidad. Una vida casi, con esa frescura al alcance de la mano Una fantasía modesta, consagrada a la degustación contrapuesta de los ritos domésticos. Un vientecillo de ponderada locura que lo cambia todo sin cambiar nada...
(...) Pero hay días en que se apresa el día en el flotante momento de los posibles, en el momento frágil de una honesta vacilación, sin orientar de antemano el astil de la balanza. Hay días en que uno casi podría."

El primer trago de cerveza y otros pequeños placeres de la vida de Philippe Delerm 


lunes, 21 de mayo de 2012

Fragmentos... La conquista de la felicidad

"El animal humano, igual que los demás, está adaptado a cierto grado de lucha por la vida, y cuando su gran riqueza permite a un Homo Sapiens satisfacer sin esfuerzo todos su caprichos, la mera ausencia de esfuerzo le quita a su vida un ingrediente imprescindible de la felicidad. El hombre que adquiere con facilidad cosas por las que solo siente un deseo moderado llega a la conclusión de que la satisfacción de los deseos no da la felicidad. Si tiene inclinaciones filosóficas, llega a la conclusión de que la vida humana es intrínsecamente miserable, ya que el que tiene todo lo que desea sigue siendo infeliz. Se olvida de que una parte indispensable de la felicidad es carecer de algunas de las cosas que se se desea."


La conquista de la felicidad de Bertrand Russell


miércoles, 16 de mayo de 2012

Vivir con los animales

Un poema del maestro Walt Whitman, oh capitán, mi capitán... Una reflexión en voz baja para los tiempos que corren, para nosotros mismos. ¿Quiénes somos? ¿Qué pretendemos? ¿Lo hemos conseguido? 

La piedra que sube Sísifo y que al llegar a la cumbre, cae de nuevo al principio, nos parece una buena metáfora que completa el poema.



Creo que podría transformarme y vivir con los animales.
¡Son tan apacibles y dueños de sí mismos!
Me paro a contemplarlos durante tiempo y más tiempo.
No sudan ni se quejan de su suerte,
no se pasan la noche en vela, llorando por sus pecados,
no me fastidian hablando de sus deberes para con Dios.
Ninguno está insatisfecho,
a ninguno le enloquece la manía de poseer cosas.
ninguno se arrodilla ante otro,
ni ante los congéneres que vivieron hace miles de años.
Ninguno es respetable ni desgraciado
en todo el ancho mundo.

Walt Whitman

miércoles, 9 de mayo de 2012

Fragmentos... El Inspector

Le hemos cogido cariño a esta sección a la que hemos denominado Fragmentos... En estos días, se representa El Inspector, de Nikolái Gógol, en el teatro Valle-Inclán, en Madrid, en versión y dirección de Miguel del Arco.

La ilustración que empleamos es el cartel de la obra, Isidro Ferrer.



La obra se estrenó en 1836, pero su texto podría haberse escrito mañana... Muy actual, muy recomendable dejarse caer por el teatro o comprar el libreto para disfrutar del texto. Os dejamos un fragmento del Acto I, Prólogo. No tiene ningún desperdicio. Cualquier parecido con la realidad más cercana o con alguna Comunidad Autónoma que se nos venga a la memoria, es simplemente una coincidencia absurda o una maldad del lector.

ACTO 1
PRÓLOGO


Una fiesta en casa del ALCALDE. Todos animados y borrachos. Una pequeña orquesta acompaña la actuación de un cantante. Los invitados aplauden al finalizar el número. El ALCALDE pasa el brazo por encima de los hombros del artista como si fueran íntimos.

ALCALDE.– ¿Quién decía que no iba a poder traerle? ¡Pues aquí está! Cuándo os daréis cuenta de que no hay imposibles para vuestro Alcalde. (Sube su copa) ¡Por la nueva estación de tren! ¡Por el progreso! ¡Por nuestra ciudad! (Todos brindan con él) Hala, canta, niño, que para eso te he traído. (Aparte al JUEZ) Un ojo de la cara le va a costar al Ayuntamiento este mamarracho. 

El cantante comienza un nuevo tema. Entra la Alcaldesa muy alterada pero sin dejar de sonreír con coquetería al cantante.

DOÑA ANA.– Antón, llama a la policía. Ya están los de siempre montándola en la entrada. ¿Tú sabes lo que me ha costado preparar esta fiesta?

ALCALDE.– ¿Qué les pasa hoy?

DOÑA ANA.– Están indignados. Dicen que no entienden cómo podemos inaugurar la estación del tren cuando todavía no hay vías.

ALCALDE.– ¡No hay vías, no hay vías! Pero hemos construido un magnífico edificio! Que aprovechen ahora para pasear libremente por el terreno porque cuando, el día de mañana, coloquemos las vías no podrán hacerlo.

DOÑA ANA.–
Ese día se quejarán de que no tienen zonas verdes.

CONSEJERO DE EDUCACIÓN Y CULTURA.– También les molesta que la fiesta se celebre a puerta cerrada en su casa y se pague con fondos públicos.

DOÑA ANA.– ¿No querrán que la paguemos de nuestro bolsillo? Apenas llegamos a fin de mes con el sueldo de alcalde de mi marido. Y yo no cobro más que los gastos por ejercer de primera dama.
El Inspector, de Nikolái Gógol

Fragmentos... La dama Duende

Hacía mucho tiempo que queríamos hacer un post sobre alguna obra de teatro. Hemos encontrado la fórmula con la sección Fragmentos... 

Hemos seleccionado un fragmento de La dama Duende del gran Calderón de la Barca.

Dedicamos este post y en concreto este fragmento a un par de enamorados que son más  que familia, más que amigos, un par de conocidos que se conocieron gracias a esta obra. Y encima, hoy es el cumpleaños de uno de ellos. Nos ha parecido un buen regalo. 

Desde aquí, muchas felicidades, compadre.

Diseño de vestuario para la representación de «La dama Duende».
 Museo Nacional del Teatro, Almagro © Ministerio de Cultura.

DON LUIS: 
¿Por qué os ausentáis así?


DOÑA BEATRIZ:
Solo porque vós llegasteis. 


DON LUIS:
La luz más hermosa y pura   
de quien el sol la aprendió, 
¿huye porque llegue yo?,   
¿soy la noche por ventura?   
Pues perdone tu hermosura,   
si atrevido y descortés   
en detenerte me ves, 
que yo en esta contingencia
no quiero pedir licencia,   
porque tú no me la des;   
que estimando tu rigor,   
no quiere la suerte mía, 
que aun esto que es cortesía  
tenga nombre de favor;  
ya sé que mi loco amor 
en tus desprecios no alcanza
un átomo de esperanza,   
pero yo, viendo tan fuerte   
rigor, tengo de quererte   
por solo tomar venganza;   
mayor gloria me darás   
cuando más pena me ofrezcas, 
pues cuando más me aborrezcas   
tengo de quererte más; 
si desto quejosa estás,
porque con solo un querer   
los dos vengamos a ser, 
entre el placer y el pesar,   
extremos, aprende a amar   
o enséñame a aborrecer.   
Enséñame tú rigores,   
yo te enseñaré finezas; 
enséñame tú asperezas,   
yo te enseñaré favores;   
tú desprecios, y yo amores;   
tú olvido, y yo firme fe;   
aunque es mejor, porque dé 
gloria al amor, siendo dios,   
que olvides tú por los dos,   
que yo por los dos querré.   


DOÑA BEATRIZ:
Tan cortésmente os quejáis,   
que aunque agradecer quisiera
vuestras penas, no lo hiciera
solo porque las digáis.   


DON LUIS:
Como tan mal me tratáis,   
el idioma del desdén   
aprendí.


DOÑA BEATRIZ:
Pues ese es bien
que sigáis; que en caso tal,   
hará soledad el mal   
a quien le dice tan bien.   


DON LUIS  (Detiénela.):
Oye, si a caso te vengas,   
y padezcamos los dos.

martes, 8 de mayo de 2012

Fragmentos... Cien preguntas básicas sobre la ciencia

Seleccionamos un fragmento del libro Cien preguntas básicas sobre la ciencia, que escribió Isaac Asimov a lo largo de ocho años, colaborando con la revista Science Digest, en una sección titulada «Please Explain» [«Por favor, explique»]. 

La ilustración la hemos visto en el blog Culturacomic. Mil gracias.


"4. ¿Qué dice el teorema de Gödel? ¿Demuestra que la verdad es inalcanzable?

   ¿Qué ocurre si establecemos un enunciado y comprobamos que no podemos demostrar que es o así o no así? Supongamos que digo: «El enunciado que estoy haciendo es falso.» ¿Es falso? Si es falso, entonces es falso que esté diciendo algo falso y tengo que estar diciendo algo verdadero. Pero si estoy diciendo algo verdadero, entonces es cierto que estoy diciendo algo falso y sería verdad que estoy diciendo algo falso. Podría estar yendo de un lado para otro indefinidamente.
Es imposible demostrar que lo que he dicho es o así o no así. Supongamos que ajustamos los axiomas de la lógica a fin de eliminar la posibilidad de hacer enunciados de ese tipo. ¿Podríamos encontrar otro modo de hacer enunciados del tipo «ni así ni no así»?  
En 1931 el matemático austriaco Kurt Gödel presentó una demostración válida de que para cualquier conjunto de axiomas siempre es posible hacer enunciados que, a partir de esos axiomas, no puede demostrarse ni que son así ni que no son así. En ese sentido, es imposible elaborar jamás un conjunto de axiomas a partir de los cuales se pueda deducir un sistema matemático completo.  
¿Quiere decir esto que nunca podremos encontrar la «verdad»? ¡Ni hablar!    Primero: el que un sistema matemático no sea completo no quiere decir que lo que contiene sea «falso». El sistema puede seguir siendo muy útil, siempre que no intentemos utilizarlo más allá de sus límites. Segundo: el teorema de Gödel sólo se aplica a sistemas deductivos del tipo que se utiliza en matemáticas. Pero la deducción no es el único modo de descubrir la «verdad». No hay axiomas que nos permitan deducir las dimensiones del sistema solar. Estas últimas fueron obtenidas mediante observaciones y medidas, otro camino hacia la «verdad».
Cien preguntas básicas sobre la ciencia, Isaac Asimov 

lunes, 7 de mayo de 2012

Soneto de madera

Compartimos un soneto (concretamente el soneto XII) del gran Pablo Neruda. Encontráis en este enlace los cien sonetos que escribió a su mujer Matilde y que se recopilan en un libro titulado Cien poemas de amor. Incluimos la hermosa introducción que nos sugirió el título del post.

La ilustración que empleamos es la de la cubierta de la edición de Austral en España.



A Matilde Urrutia

Señora mía muy amada, gran padecimiento
tuve al escribirte estos mal llamados sonetos
y harto me dolieron y costaron, pero la
alegría de ofrecértelos es mayor que una
pradera. Al proponérmelo bien sabía que
al costado de cada uno, por afición electiva
y elegancia, los poetas de todo tiempo
dispusieron rimas que sonaron como platería,
cristal o cañonazo. Yo, con mucha humildad
hice estos sonetos de madera, les di el sonido
de esta opaca y pura substancia y así deben
llegar a tus oídos. Tú y yo caminando por
bosques y arenales, por lagos perdidos, por
cenicientas latitudes, recogimos fragmentos de
palo puro, de maderos sometidos al vaivén del
agua y la intemperie. De tales suavizadísimos
vestigios construí con hacha, cuchillo, cortaplumas,
estas madererías de amor y edifiqué pequeñas
casas de catorce tablas para que en ellas vivan
tus ojos que adoro y canto. Así establecidas
mis razones de amor te entrego esta centuria:
sonetos de madera que sólo se levantaron
porque tú les diste la vida.


 ******
Soneto XII

Plena mujer, manzana carnal, luna caliente,
espeso aroma de algas, lodo y luz machacados,
¿qué oscura claridad se abre entre tus columnas?
¿Qué antigua noche el hombre toca con sus sentidos?
Ay, amar es un viaje con agua y con estrellas,
con aire ahogado y bruscas tempestades de harina:
amar es un combate de relámpagos
y dos cuerpos por una sola miel derrotados.
Beso a beso recorro tu pequeño infinito,
tus márgenes, tus ríos, tus pueblos diminutos,
y el fuego genital transformado en delicia
corre por los delgados caminos de la sangre
hasta precipitarse como un clavel nocturno,
hasta ser y no ser sino un rayo en la sombra.

Fragmentos... ¡Indignaos!

Os proponemos en este lunes frenético de mayo un fragmento del librito ¡Indignaos! de Stépahne Hessel de la serie que venimos desarrollando a la que hemos denomindado Fragmentos... 



En palabras de Jose Luis Sampredo, un alegato contra la indiferencia y a favor de la insurrección pacífica...

La indiferencia: la peor de las actitudes
     "Es verdad que las razones para indignarse pueden parecer hoy menos claras o el mundo demasiado complejo. ¿Quién manda, quién decide? No siempre es fácil distinguir entre todas las corrientes que nos gobiernan. Ya no tenemos que vérnoslas con una pequeña élite, cuyo modo de actuar conocemos con claridad. Este es un vasto mundo de cuya interdependencia nos percatamos claramente. Vivimos con una interconectividad como jamás ha existido. Pero en este mundo hay cosas insoportables. Para verlas, hace falta observar con atención, buscar. Les digo a los jóvenes: buscad un poco, encontraréis. La peor de las actitudes es la indiferencia, el decir "yo no puedo hacer nada, yo me las apaño". Al comportaros así, perdéis uno de los componentes esenciales que hacen al ser humano. Uno de sus componentes indispensables: la capacidad de indignarse y el compromiso que nace de ella."
Indignaos de Stépahne Hessel

Recogeré sus frutos sin códigos de barras

Uno de los blogs de poesía que seguimos con suma atención es el de Voz de tiza, del poeta urbano, canalla, comprometido y disconforme Iván Rafael. En alguna otra ocasión ya hemos reposteado uno de sus poemas. Hoy volvemos a hacerlo. El poema se llama Desobedeceré. Muy apropiado en los tiempos que corren. El post original está en este link, la gloria para quien ha escrito el poema. Esta vez solo somos el canal que transmite el mensaje.

Muy grande el verso que hemos seleccionado como título del post: Recogeré sus frutos sin códigos de barras...

La ilustración que marida con el poema la hemos hallado en una web sobre temas de Photoshop que a su vez la extrae de una web japonesa llamada Big Ideas. Hemos hecho una adaptación.


Desobedeceré

Cuando me hayan talado el brazo
desobedeceré.
Plantaré un árbol entre las losas de granito de la plaza.
Lo regaré.
Me sentaré a su sombra aunque caiga en la zona de estacionamiento.
Recogeré sus frutos sin códigos de barras.
Los comeré.
Me encadenaré a él cuando vengan las máquinas.
Me levantaré para verlo caer.
Y sujetando una navaja en la boca
grabaré un corazón con tu nombre
en el otro brazo.

En el ángulo muerto

Compartimos la canción En el ángulo muerto, una estupenda reflexión del lugar que a veces ocupamos, o al menos en el que nos sentimos. La canción es de un poeta granadino, con sangre rockera de primer orden llamado Jose Ignacio Lapido. El tema está extraído de su disco Cartografía, editado en 2008.

La ilustración la hemos visto en la web Irreverendos, donde le hacen una entrevista muy jugosa. Ellos titulan su artículo José Ignacio Lapido: la leyenda del hombre que acunaba palabras y destilaba sonidos. No tiene desperdicio, es muy recomendable. Mil gracias para estos chicos Irreverentes. Mil gracias Juanfran por el texto, y otras mil  a Enrique, autor de la ilustración.


La canción se hizo más conocida cuando el señor Miguel Ríos la versionó en alguno de sus discos. Nos ha parecido más interesante escuchar un directo del propio autor.

Que lo disfruten.




En el ángulo muerto


Estoy en el ángulo muerto,
es el sitio perfecto, nadie me ve.
Estoy fuera de juego,
batiéndome en duelo lo mismo que ayer
a solas con mis recuerdos,
los falsos y los verdaderos,
si no me ladraran los perros
creería que sueño, nadie me ve,
nadie me ve,
nadie me ve,
nadie me ve.

Estoy en ninguna parte,
rozando el desastre, sin nada que hacer.
Estoy flotando en el aire,
supongo que sabes que abajo no hay red.
Sentado a la diestra del padre,
esperando la luna de Cáncer,
haciendo de la duda un arte,
planteándome en serio volver a nacer,
volver a nacer,
volver a nacer,
nadie me ve.

Nadie me ve
en el ángulo muerto,
nadie me ve
por el retrovisor,
nadie me ve,
es el sitio perfecto,
y sé que no,
sé que no hay nada que hacer.

Cerraron el limbo y se fueron,
no vieron que yo estaba dentro
pidiéndole al camarero
los sacramentos y algo de beber,
nadie me ve,
nadie me ve,
nadie me ve.