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jueves, 10 de noviembre de 2011

El secreto que guardan tus muslos

Es extraño, pero a veces ocurre que escribes un poema y te encuentras que dos magníficas ilustraciones compiten celosamente por su posesión. 

Como siempre hemos pensado que en esta vida hay que sumar (hay que apostar por esto y por esto y por esto) y no dividir o excluir (o eliges esto o eliges esto, pero los dos no), subimos ambos dibujos, de técnicas muy distintas pero ciertamente fascinantes, cada una en su estilo.

Como en una especie de ménage_à_trois, compartimos dos exuberantes ilustraciones extraídas del blog latetafeliz. Entre medias, un poema. Que sea el navegante que exprese cuál prefiere.

La primera de las dos ilustraciones está alojada en este link. Firma el dibujo Desiree Collins. La segunda ilustración se titula Dos mujeres en la intimidad, y es del mexicano Alejandro Morales. Para ambos, mil gracias por su talento.


Quiero conocer
el secreto que guardan tus muslos
al final de su camino.


Quiero arar su tierra
o su deseo con esta lengua
que te habla.


Quiero ser animal y azada de campo,
estar presa y cautiva
entre las cadenas que son tus piernas.


Quiero golpear tus puertas con agua marina
y adentrarme por las profundidades del bosque
que se esconde bajo tu vientre.


Quiero que enseñes
a mis manos
ese secreto que guardan tus muslos.



lunes, 7 de noviembre de 2011

Y ahora que

Un poderoso dibujo de una ilustradora apodada Janaschi, nos ha fascinado tanto que nos ha surgido este poema que hemos querido compartir con vosotros. 
La ilustración la hemos hallado primero en un blog que habla abiertamente de temas lésbicos. A veces sabes que estás detrás de algo aunque no sabes qué. Sin embargo, cuando lo hallas, de forma inequívoca reconoces que era lo que habías salido a buscar. Éste es el mejor ejemplo.


Y ahora
que nadie me vigila,
te imagino con la mirada serena,
sin trampas, sin maquillajes,
cubierta de palabras prohibidas.

Y ahora
que ya no me muero
cuando tengo que escribir sobre ti,
cuando no escondo lo que amé,
lo que nunca dejaré de amar.

Ahora
que la lluvia no me delata,
que mi mano se calma con la caricia de tus manos,
que mi mirada desenfocada
no se avergüenza de fijarse en lo que no debe.

Ahora
que me conformo con respirar lo que respiras,
que mis pretensiones
son tesoros que no existen
en mis islas desiertas.

Ahora
que no me desazona
desconocer mi lugar en el mundo,
que me importa poco cuál fue mi camino pasado,
que no me aterra hacia dónde me dirijo contigo.

Ahora
que sabes que mi corazón
no tararea los poemas que no quisiste
y que amargaban
esas noches donde compraba consuelo barato.

Ahora 
que he vuelto
sobre mis equivocaciones
y he conseguido
que se reconcilien con mis aciertos.

Ahora que te escribo
cuando nadie me lee,
ahora que eres 
lo que me calma,
ahora quiero que seas mi ahora.