Editando el capítulo 5 de Rayuela, nos hemos topado con una ilustradora-poeta, una artista visual impresionante, de una fuerza sobrecogedora. No nos hemos podido resistir y le hemos dedicado un post. Ella se llama Erika Kuhn. Muy recomendable visitar su blog, muy interesantes sus poemas y sus reflexiones.
Traemos aquí unas cuentas perlas que hemos seleccionado para la gente de Impresiones pueda degustarla. A la última ilustración, como siempre, le hemos puesto un poema de fábrica. Tengo la sensación de que volveremos a hablar con y de Erika en breve. Que la disfruten.
Esta última ilustración, donde caen palabras a una taza de café o de té, nos ha inspirado un poema que lo transcribimos a continuación.
Lo que me provoca
discutir con la almohada
cada vez que amanece por la noche
se concentra
en este tropel de caracteres
que desembocan agolpadas
en la taza de té
que abraza mis manos.
Este torbellino de tinta
es posible que lleve impreso
en el corazón negro
de sus líneas,
las claves precisas
que permiten percatarse
del garabato prescindible
con el que me vida se define.
Ese lento remolino silente
es probable que describa por qué se desbrozan
los férreos lazos de los que están hechas las familias,
por qué una simple y tonta tontería,
que se suma a un malentendido,
que se añade a cualquier infantil torpeza,
y que se anexa a una serie de gestos imperfectos,
sean el abismo insalvable que ahora nos distancia.
Aquel laberinto de números y letras
que alguien trazó por mí, ayer o mañana,
es factible que conozca
por qué me enamoro
de las bocas equivocadas,
o por qué la música
que más silbo últimamente
es el estruendoso bramido que ruge el silencio.
Lo que derrota
a mis derrotas de días nocturnos
cae, flota y se diluye
en la taza de té
que me acompaña en este viaje,
mientras camino por el final de otro poema sin respuestas,
mientras me interrogo sin éxito
qué hacer con esas palabras abandonadas en el margen no escrito.
discutir con la almohada
cada vez que amanece por la noche
se concentra
en este tropel de caracteres
que desembocan agolpadas
en la taza de té
que abraza mis manos.
Este torbellino de tinta
es posible que lleve impreso
en el corazón negro
de sus líneas,
las claves precisas
que permiten percatarse
del garabato prescindible
con el que me vida se define.
Ese lento remolino silente
es probable que describa por qué se desbrozan
los férreos lazos de los que están hechas las familias,
por qué una simple y tonta tontería,
que se suma a un malentendido,
que se añade a cualquier infantil torpeza,
y que se anexa a una serie de gestos imperfectos,
sean el abismo insalvable que ahora nos distancia.
Aquel laberinto de números y letras
que alguien trazó por mí, ayer o mañana,
es factible que conozca
por qué me enamoro
de las bocas equivocadas,
o por qué la música
que más silbo últimamente
es el estruendoso bramido que ruge el silencio.
Lo que derrota
a mis derrotas de días nocturnos
cae, flota y se diluye
en la taza de té
que me acompaña en este viaje,
mientras camino por el final de otro poema sin respuestas,
mientras me interrogo sin éxito
qué hacer con esas palabras abandonadas en el margen no escrito.
Que ilustraciones tan bonitas :)
ResponderEliminar