jueves, 10 de noviembre de 2011

Los brazos del boxeador cansado

Compartimos dos ilustraciones y un poema. Nos gustó la frase con la que hemos titulado este poema. De ahí la primera ilustración. Esta ilustración está sacada de un blog interesantísimo dedicado a múltiples aspectos de la pintura. El blog se llama Centegarismos. Su autor, Vicente García García. 

La segunda ilustración pertenece a Silvia Vivanco, una magnífica ilustradora. De su web extraemos estas palabras:

Yo soy yo. Ilustro porque siento, y mientras siento, ilustro. Sonrío mientras lloro y cuando lloro sonrío. Me gusta sumergirme en un mundo lleno de palabras & pinceladas de imaginación, de creación, de sueños reales y de realidades mágicas.

Como siempre, a ellos mil gracias.
He aprendido
a sonreír con timidez
si los puñales
me insultan
mientras acampan
en el jardín de mi casa.
No sé
si la causa será
esta maltrecha juventud avejentada
que arrastro,
o esta vejez juvenil
que me proporciona
cierta apariencia de equilibrista.

He aprendido
que los gritos de mis ojos
no ayudan a que este pequeño velero,
que es mi corazón de cristal,
atraque sano y salvo
en el puerto al que me dirijo.
Y no se trata
de bajar los brazos
y que mi piel de boxeador cansado
se rinda en la contienda que disputa.
Debo ser una cama elástica
a la que parece no afectarle
el peso que soporta.


He aprendido
que las caídas sirven
como recuerdo
de cómo y por qué hay que levantarse.
Recibo las balas de cañón
con la misma calma
que la araña
teje su telar.
No vendo optimismo
ni regalo filosofías de alquiler.
Simplemente es una forma,
como otra cualquiera,
de aceptar lo que soy.







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